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sábado, 8 de junio de 2013

La etapa empírica de la investigación: el diseño.

Para llevar a cabo el diseño de nuestro estudio debemos tener en cuenta cuatro criterios: la finalidad de este, su secuencia temporal, si se controlan los factores de estudio y la cronología de este.
En función de la finalidad nuestro estudio puede ser analítico o descriptivo: es analítico cuando existe relación entre dos variables y descriptivo cuando se describe sin buscar relación entre las dos variables. Según la secuencia temporal puede ser transversal, porque se da en un momento del tiempo o longitudinal, que significa que el estudio necesita un lapsus de tiempo para que se lleve a cabo. Según el control de la asignación de los factores de estudio puede ser experimental u observacional y en función de la cronología puede ser: prospectivo, que significa que primero intervenimos y luego obtenemos los resultados o retrospectivo que se da cuando ya tenemos los resultados y queremos intervenir.

Por lo que, una vez sabido esto, a la hora de clasificar los estudios analíticos primero debemos saber si existe control del factor de estudio, si es que no se trata de un estudio observacional en el cual la formación de los grupos de estudio se realiza en función de la enfermedad y serían o estudios de cohortes o estudios de casos y controles. Si, por el contrario, si se controla el factor de estudio se trata de un estudio experimental, en el cual si existe un grupo de control se trata de un ensayo controlado y si no se trata de un ensayo no controlado. Dentro de los ensayos controlados si la asignación de estos grupos es aleatoria estamos hablando de un ensayo clínico aleatorio, si por el contrario la asignación de estos grupos no es aleatoria ya hablaríamos de un ensayo clínico no aleatorio.

El marco teórico y los objetivos de la investigación. Hipótesis de investigación.

A la hora de desarrollar el marco teórico debemos definir los objetivos de nuestro estudio y qué queremos lograr llevando a cabo este, por lo que debemos profundizar en la información, para ello debemos desarrollar las hipótesis del estudio. Las hipótesis son solo las relaciones existentes entre las variables (tanto dependientes como independientes), es por lo tanto, una predicción del resultado del trabajo. 

El desarrollo del marco teórico requieres de cuatro pasos:
1. Formular la pregunta correspondiente a nuestro estudio que queramos tratar. Con formular la pregunta nos referimos a reducir a términos sencillos y precisos los objetivos del estudio. Las preguntas se deben descomponer en cuatro elementos: Las llamadas Preguntas PICO:
  1. Paciente o problema de interés
  2. Intervención que se va a considerar
  3. Intervención con la que Comparar
  4. Resultado (Outcome) que se valora
2. Apoyarse en pruebas disponibles en literatura.
3. Evaluar críticamente la literatura obtenida: con esto nos referimos a determinar el nivel de evidencia que tendrá nuestro estudio en función a la metodología de cada experiencia, es decir determinar la fiabilidad del estudio. Los niveles de evidencia son:
Nivel de evidencia I: Obtenida de por lo menos un experimento clínico controlado, adecuadamente aleatorizado, o de una metaanálisis de alta calidad.
Nivel de evidencia II: Obtenida de por lo menos un experimento clínico controlado, adecuadamente aleatorizado o de un metaanálisis de alta calidad, pero con probabilidad alta de resultados falsos positivos o falsos negativos.
Nivel de evidencia III:
  • Nivel de evidencia III.1: Obtenida de experimentos controlados y no aleatorizados, pero bien diseñados en todos los demás aspectos.
  • Nivel de evidencia III.2: Obtenida de estudios analíticos observacionales bien diseñados, preferiblemente multicéntricos o con más de un grupo de investigación.
  • Nivel de evidencia III.3: Obtenida de cohortes históricas (retrospectivas), múltiples series de tiempo, o series de casos tratados.
  • Nivel de evidencia IV: Obtenida de opiniones de autoridades respetadas, basadas en la experiencia clínica no cuantificada, o en informes de comités de expertos.
4. Aplicación de las conclusiones obtenidas en nuestro estudio práctico: de los anteriores niveles de evidencia explicados se obtienen cinco grados de recomendación, los cuales son aplicables como criteros de calidad: 

  • GRADO DE RECOMENDACIÓN A: Existe evidencia satisfactoria (por lo general de Nivel I) que sustenta la recomendación para la intervención o actividad bajo consideración.
  • GRADO DE RECOMENDACIÓN B: Existe evidencia razonable (por lo general de nivel II, III.1 O III.2) que sustenta la recomendación para la intervención o actividad bajo consideración.
  • GRADO DE RECOMENDACIÓN C: Existe pobre o poca evidencia por lo general de nivel III O IV) que sustenta la recomendación para la intervención o actividad bajo consideración.
  • GRADO DE RECONMENDACIÓN D: Existe evidencia razonable (por lo general de Nivel II, II2.1 O III.2) que sustenta excluir o no llevar a cabo la intervención o actividad en consideración
  • GRADO DE RECOMENDACIÓN E: Existe evidencia satisfactoria (por lo general de Nivel I) que sustenta excluir  o no llevar a cabo la intervención o actividad en consideración.